Por: John García Fitzgerald, columnista invitado en el
diario El País.
Para una sociedad indiferente o que ignora lo devastadora
que resulta la enfermedad de Alzheimer , es muy fácil hacer constantes bromas y
chistes respecto a ésta enfermedad, es común escuchar frases como “ te llegó
rápido el Dr. Alemán” en alusión al Neurólogo Alemán Alois Alzheimer, neurólogo
que identificó por primera vez los síntomas de la enfermedad de Alzheimer
(E.A.), otros aducen tener Alzheimer selectivo, cuando se trata de olvidar lo
que les conviene, chistes que resultan tan crueles e irrespetuosos como
burlarse de los efectos de otras enfermedades catastróficas.
Según la OMS alrededor del mundo hay cerca de 50 millones de
personas que padecen algún tipo de demencia y más del 70% de esos casos
corresponden al Alzheimer , cifra que aumenta con el envejecimiento de la
población, pese a que en diversos países hay múltiples investigaciones para
encontrar la cura o prevención de la E.A. los estudios hasta el momento son
solo eso estudios con fase experimental en ratones, y como lo dice el
científico colombiano Francisco Lopera, “los humanos somos malos ratones”, el
Dr. Lopera es toda una autoridad en el tema, lidera en Colombia estudios e
investigaciones, para encontrar la cura de la E.A. y cuenta con un “banco de
cerebros” recibidos en donación de más de 180 personas que han muerto por causa
de E.A.
El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del
Alzheimer, fecha para difundir información y crear conciencia respecto a la
enfermedad y obviamente para recordar a quienes la padecen, pero también en
reconocimiento a esos ángeles sin alas, llamados CUIDADORES, el enfermo de
Alzheimer no asiste a su enfermedad, se abstrae de ella, quien lleva toda la
carga física y emocional de la enfermedad es el cuidador.
Hay cuidadores ajenos a la familia, pero la mayoría tienen
nexo familiar con el enfermo, estos cuidadores se entregan a la atención del
paciente de tiempo completo, son testigos del deterioro físico, anímico y
cognitivo que cada etapa de la enfermedad conlleva, desde la pérdida de memoria
inmediata, perder el gesto más hermoso del ser, como lo es sonreír! olvidar
caminar, hasta no poder deglutir, etapas con duración incierta. El amor es el
mejor paliativo para tratar la E.A. incluida la abrazoterapia, momento que como
cuidador, con un abrazo mágico se quisiera poder restaurar la memoria y
conciencia perdida.
Cuando se es cuidador de un enfermo de Alzheimer, cuando ese
enfermo es uno de nuestros progenitores, éste es uno de esos temas que no se
escriben con pluma o con el teclado, se escribe desde y con el corazón, para
decir con absoluta propiedad: Mi reconocimiento, solidaridad y respeto a todos
los enfermos de Alzheimer y a sus cuidadores, hoy y siempre ¡
Una fecha para soñar en que el mundo dedique menos recursos
a la destrucción que representa la guerra y su carrera armamentista, y mucho más
presupuesto a la ciencia y la investigación de ésta y tantas enfermedades que
día a día cobran miles de víctimas.
“Para no olvidar” El Alzheimer no es una enfermedad para
reírse de ella, ni de quienes la padecen.