1. Aclarar el Diagnóstico
Busque un neurólogo para iniciar el proceso de diagnóstico y realizar los exámenes clínicos que le darán un 90% de certeza.
Aquí se incluye la evaluación neuropsicológica que mostrará el grado de pérdida de memoria que tiene su familiar, esto ayudará a entender los cambios de comportamiento generados por el olvido y además le mostrará si estos cambios son normales de la edad o indican ya un compromiso cerebral.
“Cuando hay un diagnóstico claro y oportuno ayudara a entender mejor como ayudarlo”.
2. Tres Áreas Específicas para Sospechar de Demencia
Los cambios en el comportamiento de la persona afectada se van haciendo evidentes conforme la enfermedad evoluciona, son áreas que muestran el deterioro de la memoria y las afecciones neuronales.
Área Intelectual o Cognitiva
La persona puede sufrir cambios en la memoria, la atención, el lenguaje, la lógica, la percepción, el cálculo. Se detecta con la observación del familiar en casa y con la evaluación neuropsicológica realizada por el especialista. Es el punto de partida para todo programa de estimulación cerebral.
Área Emocional o Psicológica
Aparecen cambios en la conducta que deben tenerse en cuenta en una persona mayor como depresión, angustia, irritabilidad, apatía, cambios en el estado de ánimo, agresividad, pérdida de intereses o motivación. Esta área emocional debe ser protegida para que el paciente conserve su tranquilidad y paz.
Área Funcional
Cuando los aspectos cognitivos (alteraciones de memoria por ejemplo) y los aspectos emocionales (falta de motivación por ejemplo) afectan la autonomía e independencia de la persona (no puede salir solo) es cuando podemos sospechar una demencia. Esto solo debe ser diagnosticado por un médico.
3. Qué hacer cuando Tenga Claro el Diagnóstico Médico
Toda la familia debe informarse y formarse en qué es la enfermedad, etapas y manejo. Esto se puede hacer buscando fuentes válidas que le den la información adecuada sobre la enfermedad, no se conforme sólo con lo que el médico le diga o lo que encuentre en internet. Acuda a un centro especializado en el tema, ya que la enfermedad es larga y sus síntomas cambian rápidamente.
4. Explore todas las alternativas de tratamiento y elija la que más le convenga su familiar
No todas las personas son iguales y necesitan lo mismo para tratarlas, para esto usted debe estar bien informado sobre lo que le existe en su región y los servicios que ofrece a su comunidad.
Sepa que hasta el momento no se conoce la cura para la enfermedad de Alzheimer, lo que no quiere decir que no tenga tratamiento. Actualmente hay dos tipos de tratamiento en el mundo, que en lo posible se deben hacer al tiempo:
Tratamiento Farmacológico
Existen fármacos que tratan los síntomas cognitivos y otros que tratan las alteraciones de comportamiento. En las alteraciones del comportamiento se requiere la colaboración de un psiquiatra, ya que está más entrenado en este tipo de tratamientos con antidepresivos, neurolépticos e incluso hipnóticos. Estos medicamentos pueden disminuir síntomas como ansiedad, insomnio, agresividad, depresión, hiperactividad, etc.
Tratamiento No Farmacológico o Terapéutico
Son programas de estimulación cognitiva diseñados para los enfermos de Alzheimer con el fin de retrasar su deterioro cerebral y potenciar habilidades físicas, mentales y sociales del afectado.
Estos programas consisten en terapias especializadas que se deben ir modificando a medida que la enfermedad progresa, teniendo como punto de partida la evaluación del estado cognitivo del afectado. Estos programas deben ser realizados por personas entrenadas en el tema.
